El inicio del fin de la transición política española

Un nuevo escándalo ha sacudido de forma especial la vida política española en los últimos días, ahondando de forma tal vez definitiva en el desapego de la sociedad española hacia sus políticos.

El partido político en el Gobierno, el Partido Popular, ha sido acusado de haber pagado a una parte de su ejecutiva, a su dirección general, con sobres de dinero negro, dinero procedente de «mordidas» y donaciones anóminas, acumulando su gerente y tesorero durante más 20 de años -Luis Bárcenas-, al menos 22 millones de euros en Suíza.

Las declaraciones de los responsables del PP no niegan de forma tajante el pago de sobresueldos en negro durante 25 años, se limitan a afirmar desconocimiento y a comprometer medidas de revisión de la gestión. Sea o no cierto el escándalo, ya nadie se cree sus declaraciones, los políticos españoles actuales han perdido toda credibilidad.

En mi opinión, este nuevo caso de corrupción generalizada supondrá el punto de inflexión definitivo hacia un cambio profundo en el mapa político y la democracia española.

Tras 30 años con dirigentes y partidos políticos provenientes de aquella transición de la dictadura a la democracia, la confianza de la sociedad en los políticos de los 70 y 80 se ha desvanecido. Los partidos tradicionalmente mayoritarios se enfrentan a una incipiente pérdida de relevancia:

El PSOE, por su traición a la izquierda y a su militancia, incapaz de renovar a sus líderes a pesar de los continuos descalabros electorales, en continuo decrecimiento por su incapacidad para dar respuesta a la corriente neoliberal imperante en Europa.

El PP, gracias a su incontestable victoria en las Elecciones Generables, había podido evitar las discrepancias y peleas internas, pero se ve ahogado ahora por la corrupción estructural de su organización, la cual resultará en una purga parcial de su ejecutiva. Y por otro lado, el nuevo escándalo apuntala la legitimidad de la contestanción social, producida ante la destrucción del estado de bienestar para favorecer intereses privados.

El bipartidismo PPSOE no se desvanecerá electoralmente, pero se enfrenta a su ocaso. Como organizaciones inmovilistas, dispuestas a desangrarse hasta la muerte antes de admitir el error, los partidos tradicionalmente mayoritarios continuarán perdiendo la confianza de la sociedad, y sufrirán las correspondientes consecuencias electorales. Y tras la debacle no de uno sino de ambos partidos, cambiarán los líderes. Y entonces se pondrá el fin real a la nunca completada transición política española.

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4 comentarios en “El inicio del fin de la transición política española

  1. Manu

    No va a caer esa breva. Tanto da lo que se haga, han perpetuado su asiento por ley.
    Y la gente… la gente está toda esperando: «Esto no va a seguir así. Se van a cabrear de verdad y los van a echar. ¡A la fuerza! Espera y verás».

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  2. javivazquez Autor

    La breva caerá porque ya está madura. Tan madura está, que se ha podrido. El ocaso de los gigantes se aproxima. Está por ver si otros son capaces de brillar en tamaña oscuridad.

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  3. Pingback: La muerte anunciada de un Presidente | Javi Vázquez

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