Equo: fácil de vender, difícil de comprar

Como afiliado, repartidor callejero de pasquines durante la campaña, y pesado oficial en reuniones de todo tipo sobre las bondades de Equo, puedo afirmar que Equo es un partido «fácil de vender, pero difícil de comprar».

«Fácil de vender», en el sentido de lo sencillo que resulta explicar la idoneidad de propuestas como la transición ecológica de la economía, aparentemente ideal, en un momento con un nivel de desempleo desbocado y peligro de colapso medioambiental. Crear empleo y luchar contra el cambio climático. ¿Quién no querría vender un producto así?

Sólo hay un problema. Una transacción de compra-venta requiere 2 partes de acuerdo, el vendedor y el comprador.  La honestidad y convencimiento del vendedor sobre las ventajas de su oferta es algo necesario, pero no suficiente.

Equo es un partido «difícil de comprar». La ecología política se sostiene sobre una lógica antiproductivista, alejada del objetivo de crecimiento económico como verdad absoluta. Más allá de lo antinatural que pudiera resultar esto para la mayoría, el problema inherente es que asumir la ecología política obliga a una evolución en el comprador. Es más, le exige un acto de constricción: asumir su corresponsabilidad en la situación actual para cambiar su modo de vida.

«Más empleo y menos contaminación» es un lema con el que es fácil alinearse, pero no tan sencillo practicar: la bici exige más esfuerzo físico, la comida ecológica es más cara, separar basura ocupa espacio con múltiples bolsas en la cocina y los contenedores están lejos…

Son ejemplos banales, ridículos … y sin embargo cotidianos. Pequeños esfuerzos que contradicen el ideal de la sociedad actual: convenience. Inmediato, sin esfuerzo, gratis.

¿Cuántas personas son capaces de abandonar su zona de confort, y asumir su parte de culpa para iniciar el cambio sin que algo o alguien les fuerce a ello?

Si entendemos nuestra propia naturaleza, debemos asumir que en Equo somos y seremos un partido difícil de comprar. Y haciéndolo, tal vez podamos cambiar nuestra comunicación, para seducir a aquellos que además de simpatizar con la ecología política, se atrevan a evolucionar antes que el cambio climático o la desigualdad social les obligue a ello.

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4 comentarios en “Equo: fácil de vender, difícil de comprar

  1. RAFA

    Me ha gustado mucho tu análisis; sencillo, directo y certero en mi opinión.
    Yo anadiría que la sofisticación de nuestro mensaje, dotado de cierta intelectualidad al mismo tiempo nos aleja de la masa.
    A la gente le gusta el mensaje directo. Muchos dicen»…si, claro, nos vamos a preocupar de los pajaritos cuando no tenemos para comer…».
    Hay que dotar de contenido económico a nuestro discurso y dejar en un segundo plano ( sólo en el discurso ) todo lo ecológico.
    Que nadie me malinterprete, nunca renunciar a ello pero colocar delante del escenario los intereses «reales» de la gente y en la zona de atrezzo la ecología.

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    1. javivazquez Autor

      Rafa, gracias por el comentario.

      Coincido contigo en que el nuestro es un mensaje sofisticado. Para optar a llegar a una mayoría social deberíamos simplificarlo, pero la ecología política no es algo simple, su trasfondo es complejo, casi contracultural al alejarse del citado convenience (inmediatez, sin esfuerzo, gratis).

      Por tanto, aún simplificando el mensaje, sea enfocado en la economía o en la política (sería para otro debate ;-)), para mí lo relevante en nuestra comunicación es destacar el hecho diferencial de Equo: Equo es un partido minoritario pero imprescindible, de valientes.

      Equo sólo sería un partido mayoritario si la crisis ecológica alcanzase un lugar prioritario en nuestra ventana de atención. Sería debido a una tragedia.

      Mi aproximación al mensaje para Equo: «Queremos seguir siendo un partido «minoritario». Ayúdanos. Únete y forma parte de la minoría valiente dispuesta a reconocer y detener la crisis del planeta».

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  2. mayo

    en equo viven digamos dos corrientes, ( no sé si es correcto estos terminos)) la verde y la roja, yo soy afiliado de equo pero siempre digo que soy más rojo que verde, sin olvidar de donde viene equo, creo que se debe hacer más hincapié en la parta más roja sin olvidar desde luego la verde

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  3. Pingback: Buen vivir y cambio climático, la “casta” de EQUO | Javi Vázquez

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